Nos dejó un gran siervo de Dios: Don José M. Martínez
El domingo 19 de junio, sobre las 9 de la mañana, recibía la noticia por boca de su propio hijo; «Mi padre ya está con el Señor«.
La noticia, por esperada, no fue menos impactante. Inmediatamente se agolparon momentos decisivos de mi vida en los que él ha estado presente; la conversión, el bautismo, la boda, la formación bíblica, las oportunidades de servicio, los consejos, las conversaciones, el pastorado, las visitas… es imposible detallar los beneficios de tantos años cerca de él, pero sin duda están ahí y los recuerdos, las bendiciones, perduran y perdurarán por mucho tiempo que pase. La huella que ha dejado en nuestra vida, como familia, es imborrable.
Quiero destacar algunos aspectos del Sr. Martínez. Por encima de todo él era pastor. También era otras muchas cosas; un líder nato, un teólogo, un maestro, un escritor, pero sobre todo era un pastor. Su preocupación por los creyentes era auténtica, sabía preguntar, sabía escuchar -cosa que muchos no saben-, sabía dar el consejo acertado. Su predicación era exquisita; un maestro en la oratoria, en el contenido, en la presentación, centrado en la Palabra y Cristocéntrico.
También quiero destacar brevemente su aportación a la obra evangélica en España. Tuvo la visión, promovió y fundó, con un reducido grupo de pastores, nuestra FIEIDE en el año 1957, siendo su primer presidente. Aquel grupo de nueve iglesias creció y ha llegado a ser una de las agrupaciones eclesiales destacadas en el protestantismo español. A nivel internacional introdujo la FIEIDE en la Federación Internacional de Iglesias Libres, y llegó a ser su presidente. Fue el impulsor de la nueva etapa de la Alianza Evangélica Española, co-fundador de la Asociación de Ministros del Evangelio de Catalunya, e impulsor, desde ella, de la Comisión de Defensa Evangélica (actual FEREDE) en los años duros de la intolerancia religiosa y la persecución en nuestro país. Fundador del Centro Evangélico de Estudios Bíblicos de Barcelona, presidente de la Unión Bíblica y de la Sociedad Bíblica… predicador y conferenciante en congresos nacionales e internacionales, ¡y mucho más!.
Con todo este bagaje, fue un hombre humilde, sencillo, sin ostentaciones, huía de reconocimientos mientras estuvo sirviendo. Entendía que servía al Señor y que toda la gloria debía ser para el Señor. Por ello, cuando por enfermedad, debió dejar el ministerio pastoral activo, supo dar un paso atrás y facilitar el relevo, y eso también lo supo hacer con la sencillez y la dignidad que caracterizó toda su vida.
Personalmente puedo decir que ha sido un modelo para mi y para el ministerio que Dios me ha permitido realizar. He querido imitarle, pero soy consciente que no lo he alcanzado. Sin embargo siempre lo he tenido ahí, como modelo, como referente, y su vida y ejemplo me han inspirado continuamente.
Estos son, simplemente, unos apuntes de mis recuerdos de D. José M. Martínez, pero más que eso, es el deseo de que el Señor nos de, en nuestra España Evangélica, muchos como él, con su carácter, su vocación y llamamiento, y con su disposición al servicio a Dios y a su Obra.
Manuel Rodríguez Dominguez fue miembro y luego pastor por muchos años de la Església Evangèlica Baptista de Gracia de la Calle Verdi de Barcelona, fundada por J. M. Martínez. También ha sido presidente y actualmente vice presidente de la FIEIDE.